Mucho se ha escrito en este foro acerca de cómo la actual crisis que estamos padeciendo va a influir en cómo gestionamos los proyectos. En muchos foros se describen dichas tendencias, centradas básicamente en una mayor gestión de los riesgos y supervisión. Sin embargo no puedo evitar comentar algo al respecto, dadas las dimensiones que está tomando la actual coyuntura.
“Dada la inevitable dimensión social de lo que está pasando, nos enfrentamos a una realidad que amenaza con cambiar la faz de la economía, los mercados y el modo de hacer política” publicaba Mohamed A. El-Erian en PIMCO.
En muchos círculos ya se especula con la posibilidad de que estemos comenzando no solo un ciclo, sino una nueva era donde los recursos serán más escasos y con ello las oportunidades.
Lo cierto es que más allá del aspecto económico, la cantidad de cambios y, sobre todo, la duración de la crisis, provocarán un cambio en la mentalidad colectiva que, según todos coinciden, será opuesto a las formas imperantes hasta el momento. Dicho cambio, evidentemente, será progresivo, pero dejaremos de pensar en los recursos futuros (revalorizaciones y préstamos) como una certeza y limitaremos las expectativas a lo que podamos conseguir con aquello de lo que disponemos (ahorro).
Se pasará del modelo actual a un escenario donde la cautela y la aversión al riesgo serán las notas dominantes. Por encima de todo, predominarán los resultados tangibles más que las expectativas generadas por las ideas.
Evidentemente no son buenas noticias pero, aunque menos, seguirán haciéndose proyectos, y quizás ciertas actividades pasen a ser gestionadas como tales.
Por encima de todo tendremos que adaptarnos a los tiempos. Los gestores de proyectos algo podremos aportar. De hecho, los conocimientos asociados a nuestra profesión se perfilan como las herramientas más útiles y necesarias para nuestro momento. No me gusta pensar que nos convertiremos en simples notarios, así que, si es época de escasez, deberemos desarrollar la inventiva, la flexibilidad y nuestras dotes personales como no lo hemos hecho antes.
Debería ser de sentido común cambiar pautas que nos han llevado a la situación actual. Pero por desgracia la naturaleza humana es propensa al olvido cuando se trata de obtener ganancias.
Interesante la lectura del segundo párrafo de este articulo de S. McCoy “El enorme peligro de creer que aquí no ha pasado nada” publicado en Cotizalia.
Enlace:
http://www.cotizalia.com/cache/2009/08/31/opinion_53_enorme_peligro_creer_pasado.html
No estoy de acuerdo en que cambiemos radicalmente el modelo actual.
El ser humano creo que es muy proclive al recuerdo breve.
Por poner un ejemplo reciente. Al principio de siglo estalló la burbuja de internet, fruto de los excesos de unos pocos, y la ignorancia y codicia de muchos. Unos años después ha explotado la burbuja inmobiliaria basado en los mismos principios.
Cuando la economía vuelva a levantar el vuelo, quizá no lo haga a la misma altura, pero es seguro que traerá de nuevo despilfarro, poco miedo al riesgo, y luego, cuando todo caiga, nos quejaremos con los mismos argumentos que hoy en día.
Sé que esta visión resulta muy pesimista, pero es que resulta tan cíclico, que al final termino por no creer a los visionarios bienintencionados, puesto que demuestran su error una y otra vez.
Sin duda una gran tarea para los gestores de proyectos, que tendremos que adaptarnos a los tiempos siempre cambiantes.