About the author  ⁄ luisballo

Alternative_FinancingBasta con ojear las noticias para ver que el mundo se mueve a golpe de proyecto. En los últimos días hemos podido conocer que la cápsula Orion se prepara para su primer lanzamiento, que se ha probado con éxito una vacuna experimental contra el ébola o que ya se ha ejecutado el 85% del nuevo puente atirantado sobre la bahía de Cádiz. Todas se refieren a proyectos, en tanto que implican temporalidad y entrega de un resultado único.

Los proyectos son herramientas que ayudan a las organizaciones a implementar su estrategia de negocio, alcanzar las metas propuestas a corto, medio y largo plazo y acercarse a su visión. Suponen un salto cualitativo, un antes y un después, una posición mejorada desde la que alcanzar nuevos retos.

Pero el valor de la gestión de proyectos sigue siendo, en muchos casos, una asignatura pendiente. Proyectos se han hecho siempre, pero entendido como ciencia, el Project Management es relativamente joven (se acostumbra a situar su nacimiento con los grandes proyectos militares americanos de la década de los 60) y no ha arraigado lo suficiente.Todavía es frecuente encontrar que las empresas lo abordan con alguna de las siguientes actitudes:

  • no son conscientes ni saben identificar los proyectos que están desarrollando. No ven más allá de las actividades que realiza cada departamento, sin que exista una visión transversal, sensación de equipo o foco hacia la meta
  • entienden que los proyectos trascienden a la mera división por departamentos, pero su incipiente cultura de proyectos no les permite ir más allá de la elaboración de un presupuesto y un cronograma, que una vez aprobados probablemente acabarán guardados en un cajón
  •  valoran la gestión de proyectos, crean un equipo específico que realiza un inicio y una planificación formales, con un Plan de Proyecto que presta especial atención a las áreas más críticas. Pero durante la ejecución se baja la guardia, se controla poco y se acaba gestionando como siempre, sin distinguir entre cambios, desviaciones o riesgos.

Incluso la figura del Project Manager sigue siendo ambigua, ya que puede fluctuar entre dos extremos muy alejados entre sí, que van desde:

  • el de un coordinador con poco poder de influencia que, a la sombra de los directores funcionales, se limita a dar fe de lo que sucede en el proyecto, sin ninguna capacidad de anticipación o de corregir desviaciones…
  •  … al de un facilitador con autoridad, que lidera un equipo, hace suyos los objetivos del proyecto y se responsabiliza de alcanzarlos. Es un mando intermedio a todos los efectos

Para que los proyectos empiecen a formar parte del core business de la empresa, se necesita un cambio de mentalidad como el que sucedió, en su día, con la calidad. De la inspección y separación de las piezas defectuosas se pasó a la prevención y a las políticas de mejora continua y calidad total. Pero la transición no fue fácil ni inmediata, porque calidad no es un departamento más que se añade al organigrama, sino que afecta a todos los procesos y, por tanto, a la propia estructura organizativa de la empresa. A veces no fue tanto por convencimiento como por mimetismo o por la necesidad de adaptarse a unos entornos cada vez más exigentes. Pero hoy en día nadie cuestiona que la calidad es un área clave en cualquier empresa.

Con la orientación a proyectos está sucediendo algo parecido, pero aún estamos en la etapa de convencer y saber vender los beneficios que aporta. Si midiéramos los costes del no-proyecto, igual que se hace con la no-calidad, lo haríamos en términos de retrasos, gastos adicionales, trabajos rehechos, descontrol, equipo descontento, baja satisfacción del cliente o impactos negativos en la organización. Y se vería que, por el contrario, una gestión profesionalizada de proyectos aumenta las posibilidades de alcanzar los objetivos propuestos, ayuda a entender y satisfacer las expectativas de los stakeholders y contribuye a dar valor al propio negocio.

Todavía queda lejos el escenario en que la estructura de la empresa se flexibiliza y se adapta a las necesidades del proyecto, preferiblemente con la ayuda de un Departamento de Proyectos que recoja el histórico y las lecciones aprendidas, establezca los procedimientos y ayude a diseñar la estrategia de cada proyecto. Pero si se quiere seguir siendo competitivo en un mundo cada vez más “proyectizado”, parece el único camino a seguir.

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LaSalle_Formación_MasterinProjectManagementUna vez completados los estudios universitarios o ya con algunos años de experiencia profesional, nos podemos plantear la posibilidad de realizar un Master que proporcione una formación adicional a los conocimientos y habilidades adquiridos hasta el momento. No es una decisión fácil, porque hay muchos factores en juego: la inversión, el tiempo disponible, la conciliación con el entorno familiar… por lo que es importante que entendamos las diferentes etapas de este proceso:

1. ¿Necesito formación? Es una pregunta que podría pasar desapercibida, entre tantas otras que nos hacemos, sino fuera porque desvela un problema mucho más profundo: nos sentimos estancados, tenemos aspiraciones no colmadas, queremos que en nuestra vida pasen cosas diferentes… Reconocer la necesidad de formación constituye, ya de inicio, un gran acto de humildad. Y es también un primer síntoma de insatisfacción que, como ya sabemos, es uno de los motores que mueven el cambio.

2. ¿Dónde me formo? Se trata de adquirir un bagaje que permita afrontar nuevos retos y aprovechar nuevas oportunidades, que haya una metodología docente probada que se centre en las competencias y en el “saber hacer”, más que en los conocimientos. “Don’t give knowledge to people who need skills”. Pero también de formar parte de una comunidad de aprendizaje, creando una red de contactos y teniendo acceso a la información clave. En este sentido, no hay que poner límite a las expectativas.

3. ¿Formación específica  o transversal?  Queremos saber más de menos, saber más de lo que ya sabemos y convertirnos en especialistas de áreas muy concretas… o queremos tener una formación más transversal, saber un poco de todo, ser expertos en generalidades, que dijo alguien, esa posición que parece fácil pero que no lo es, porque en el fondo se trata de alcanzar… ¿la sabiduría? ¿ese sexto sentido que permite pasar de la perspectiva global al detalle en un clic? Es un dilema que sólo uno mismo puede resolver, pero desde fuera se puede contribuir a identificar y a entender aquellos factores que más influyen en la decisión, como:

  • Los propios intereses
  • Las oportunidades profesionales que se pueden presentar
  • Las tendencias del mercado
  • Lo que actualmente aporta valor a las empresas
  • Lo que se valora en una selección de personal

4. ¿Qué programa? Toda elección tiene un coste de oportunidad, por lo que es aconsejable realizar un análisis de los distintos escenarios antes de tomar la decisión final, otorgando a la intuición, como siempre, la ponderación que se considere oportuna. La evolución de la trayectoria personal y profesional de cada uno dirá si la elección fue la acertada.

Más allá del detalle de cada programa, del coste, del tiempo y del esfuerzo empleado, me gusta pensar que habrá un antes y un después. Que será un trayecto de crecimiento, donde lo importante no está en encontrar ese punto de apoyo que Arquímedes necesitaba para mover el mundo, sino en su búsqueda. Porque, ¿cómo explicar, sin que a uno le confundan con un vendedor de sueños, que la formación es una inversión en emociones?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Érase una vez tres Project Managers que gestionaban la construcción de tres casas en un bosque cercano a Oklahoma.
casa bosque2A pesar de que las parcelas eran contiguas y que las obras empezaron al mismo tiempo, los propietarios tenían diferentes expectativas y decidieron que cada uno utilizaría el diseño y los materiales que considerasen oportunos. En la reunión de Kick off, alguien recordó que era tierra de lobos.

Los escenarios finalmente seleccionados fueron los siguientes:

  •  La primera casa se construyó de paja. El Project Manager quería entregarla con rapidez y a un coste ajustado, por lo que escogió un material sin problemas de suministro y que se pudiera manipular con facilidad.
  • El segundo Project Manager decidió construir la casa de madera, según la tipología propia de la zona. Aunque sabía que los plazos y costes serían mayores, confiaba recuperar  la inversión con rapidez.
  • La tercera casa se construyó de ladrillos, porque el Project Manager priorizó la solidez y la estabilidad por encima de otros criterios.

Con las obras ya finalizadas, un tornado tan fiero y malvado como el lobo apareció sin avisar y arrasó las casas de paja y de madera en un instante. La casa de ladrillos, por el contrario, aguantó y pudo dar cobijo a los habitantes de las otras casas mientras se activaba el Plan de Emergencia.

Evaluando los daños ocasionados y desarrollando las lecciones aprendidas, se vio que los Project Managers habían tenido una actitud muy distinta respecto a los riesgos, tanto a nivel de identificación y análisis, como del Plan de Respuesta:

  • El Negligente: el primer Project Manager había llegado accidentalmente a la Dirección de Proyectos y, por desconocimiento o por omisión, no realizó ninguna gestión de riesgos. Igual que el avestruz, escondió la cabeza para no ver los peligros, como si realmente no existiesen.
  • El Temerario: la formación y experiencia en gestión del segundo Project Manager le permitieron reconocer el riesgo, pero decidió dedicarse a cosas más urgentes o simplemente ignorarlo, confiando en que nunca aparecería. Curiosamente, el error más frecuente que un equipo de proyecto comete en relación a la gestión de riesgos es que después de identificarlos, no hace nada al respecto.
  • El Responsable: el tercer Project Manager, mucho más experimentado, entendió desde el principio el impacto que podría ocasionar el riesgo por lo que, a pesar de que la probabilidad de que sucediera era incierta, decidió condicionar todo el proyecto, tanto en el diseño como en los objetivos de coste, plazo y calidad.

Viendo el final de la historia y que únicamente fueron felices y comieron perdices en uno de los escenarios, la moraleja de esta fábula podría ser: “asegúrate de que el lobo no te coja desprevenido”, que trasladado al lenguaje de los Proyectos quiere decir: “¿podemos asumir el coste de no realizar una gestión eficaz de los riesgos?”

Y vosotros, ¿qué moraleja le pondríais a esta historia?

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Si eres Mac adicto y te dedicas a la gestión de proyectos, tienes un problema: no existe la versión de MS-Project para Mac. Ante esta situación, hay varias opciones: realizar una partición del disco duro e instalar Windows, utilizar una aplicación open source o utilizar un software alternativo específico para Mac.

De los distintos programas para el entorno Apple, Merlin es una de las opciones más recomendables, ya que por las prestaciones que ofrece colmará las expectativas de la mayoría de usuarios. Su interface se desmarca claramente de MS-Project para hacer del “Inspector”, que aparece como ventana emergente, el centro de control de toda la información.

Merlin puede descargarse desde  http://www.projectwizards.net/en/products/, tiene un precio competitivo y ofrece una interesante versión demo, que está limitada a 40 actividades en los nuevos proyectos pero que no tiene ninguna limitación temporal, por lo que también puede utilizarse como visualizador de los cronogramas realizados con Merlin o con otros programas compatibles.

En relación a la compatibilidad con otros programas:

  • Abre los archivos de MS-Project pero no los de OpenProj
  • Abre las WBS elaboradas con algunos software para mapas mentales, como MindManager y Novamind, ambas de pago, o Freemind, open source. No así las realizadas con XMind, también open source.

Cada programa tiene sus particularidades, a los que el usuario debe adaptarse, sobre todo si ya está familiarizado con otros programas parecidos. Algunas del Merlin son las siguientes:

  • La primera linea de actividad, que normalmente se destina al nombre del proyecto, empieza por defecto en 0, a diferencia de MS-Project, que empieza en 1.
  • Los recursos se indican como un descompuesto de la actividad. Aunque tiene su lógica, al principio sorprende que incluso se le adjudiquen códigos propios de la WBS.
  • Una vez estimados los tiempos y decididas las secuencias de las actividades, observamos que no aparece ningún resultado en la duración de los paquetes de trabajo ni en la total del proyecto. Esto sucede porque la columna que aparece por defecto  es la de Given Planned Work, por lo que es necesario añadir la columna de Expected Duration.

Entre los inconvenientes citaría que no es posible visualizar los diferentes niveles de la WBS en un clic, sino que hay que desplegar cada paquete de trabajo individualmente. Entre las ventajas, sus numerosas funcionalidades, como cadena crítica, sobre-asignación de recursos y todo tipo de personalizaciones de las barras del diagrama de Gantt.

En cualquier caso, una opción a tener en cuenta.

post2ballo mac

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blog_balloDesde el momento en que los proyectos se realizan en equipo, podemos considerar que, más allá de su complejidad técnica u organizativa, la parte más difícil será, una vez más, la gestión de las personas. Está claro que el éxito del proyecto será el éxito de todos, por lo que cada uno desde su posición debe contribuir a alcanzar los objetivos fijados. Pero ¿qué debemos esperar de ellos?

  • Del Sponsor (el protector): que defina, junto con el cliente, los objetivos y los resultados del proyecto, que apoye al proyecto, que lo proteja de interferencias externas, que esté cuando se le necesite. El apoyo del Sponsor y por extensión, de la organización, es un Factor Clave de Éxito y, por el contrario, el desinterés o la falta de implicación pueden condenar el proyecto al fracaso
  • De un Director Funcional (el generoso): que tenga una visión amplia y entienda el valor que aportan los proyectos a la organización, más allá de los intereses de su propio departamento. Es el propietario de los recursos internos que participan en el proyecto, por lo que debe ceder el protagonismo y actuar desde la segunda línea
  • Del Project Manager (el facilitador / el anticipador): que tenga la visión global del proyecto, que dirija, que haga que las cosas se hagan, que motive y mantenga unido al equipo, que facilite el trabajo y elimine barreras, que comunique con los stakeholders y gestione sus expectativas. Que identifique y anticipe los riesgos antes de que ocurran e impacten al proyecto
  • De un Miembro del Equipo (el experto): que participe en la planificación y en las estimaciones, que aporte conocimiento y habilidades para realizar las tareas asignadas, que controle la calidad de sus entregables. Ya sea un recurso interno o un proveedor / subcontrata externa, debe saber trabajar en equipo y resolver, en beneficio del proyecto, los conflictos que puedan aparecer
  • De un Stakehorder (el colaborador): aunque no tenga una participación directa, que colabore en la definición del alcance, que se implique en la calidad, que reconozca áreas de mejora, que identifique riesgos.

Y que todos desde su posición, se impliquen y vivan el proyecto como suyo, contribuyan a alcanzar los objetivos, sepan reconocer el esfuerzo de los demás y ayuden a vender el proyecto y los logros alcanzados.

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