Estrategias de calidad en dirección de proyectos

Hablar de calidad, definirla y averiguar cómo conseguir su excelencia ha sido desde hace mucho tiempo una discusión recurrente en las industrias, especialmente en aquellas que se dedican a la manufactura de bienes de consumo.

Alrededor de ello han aparecido diversas filosofías y estrategias que tienen como meta la excelencia en la calidad, un concepto cuyo alcance y significado podemos discutir, pero que siempre lleva implícita la implantación de metodologías de mejora para eliminar la generación de defectos. Todas ellas son buenas aproximaciones para conseguir “la calidad total”, y es fácil encontrar literatura abundante al respecto. Sin embargo, a los que no somos expertos nos resulta difícil ponerlas en perspectiva y detallar las diferencias y utilidades particulares de cada una de ellas.

Voy a permitirme el ejercicio de hacerlo basándome en un artículo aparecido en la revista Quality Progress. Se titula How To Compare Six Sigma, Lean and the Theory of Constraints y es enormemente esclarecedor al respecto.

Six Sigma:
Se centra en eliminar la variación en los procesos mediante el uso de métodos estadísticos, con el objetivo final de conseguir producir solamente…¡¡¡3,4 defectos por cada millón de unidades producidas!!!
No es propiamente una filosofía de gestión, sino más bien un método científico adecuado para la resolución de problemas concretos, especialmente en entornos de producción masiva.

  • Principal crítica: Los procesos son vistos como entidades independientes, sin tener en cuenta las interacciones entre los mismos.

Lean manufacturing:
Se centra en eliminar el desperdicio, entendido este último como todo aquello que no genera valor. No solo pretende eliminar defectos, sino también inventarios.

  • Principal crítica: No se valora el análisis del sistema ni el análisis estadístico de los procesos.

Teoría de las restricciones:
Se centra en la mejora de los sistemas. Hace una analogía de los mismos como una cadena (sistema), donde entiende que la capacidad total de la misma será la del eslabón (proceso) más débil. Mejorando el mismo, mejoramos todo el sistema.

  • Principal crítica: No se valora el análisis de los datos. Mínima participación del personal involucrado.

Tres modelos, un objetivo: la calidad. ¿Escogemos uno? ¿Cuál es el mejor…?
Creo que la mejor respuesta es la combinación de todas las técnicas. Cada una debe utilizarse en el momento, entorno y lugar adecuados.

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